Se ha publicado innumerables veces que los millennials prefieren rentar que comprar. Que no les interesa echar raíces y la mudanza de empleo, barrio y casa es lo suyo. Pero información publicada por el diario estadounidense The Wall Street Journal nos cuenta otra historia.
Basado en el estudio “¿Por qué es cada vez más difícil la adultez? Los jóvenes adultos y la formación en el hogar”, de Freddie Mac, la Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios señala que las jóvenes generaciones han pospuesto el momento de compra de sus casas (antes la edad promedio era a los 30, hoy fácilmente rebasa los 40 años de edad) por razones como el alto precio de las rentas y la oferta de trabajos sin prestaciones sociales.
Quienes se emplean, cambian de trabajo tres veces más que las generaciones anteriores. Por otra parte, son lo suficientemente jóvenes para estar todavía lejos de las posiciones con salarios más altos.
Ahora bien, cuando se trata de escoger --al fin-- casa para comprar, las nuevas generaciones también son muy diferentes a las anteriores: muchos de ellos no tienen hijos, sí tienen mascotas, y viven solos o en parejas, por lo que los hogares unipersonales o departamentos más bien pequeños.
A los millennials les tomará más tiempo reunir capital y formar un historial crediticio para acreditar una hipoteca. Un poco más tarde, pero de esta generación también podemos decir: “El millennial casa quiere”.